En nuestro día a día nos encontramos a gran cantidad de personas que tienen más de uno y de dos seguros contratados y es que, además, de que en algunos casos es obligatorio, lo cierto es que nos aporta una gran tranquilidad puesto que sabemos que si nos sucede algo estaremos cubiertos y los gastos que se generen, serán sufragados por la entidad aseguradora. Los seguros, con el paso del tiempo se han ido adaptando a las necesidades de la ciudadanía y es que, sin ir más lejos, hace unos años ni siquiera existían los teléfonos móviles, es por ello por lo que no necesitábamos seguros contra roturas de pantalla, sin embargo, hoy en día, es uno de los más demandados ya que una pantalla, nos cuesta en torno a los 150 euros, mientras que el seguro, en muchos casos, no llega ni a 10 euros cada mensualidad.
Un seguro es un contrato al que habitualmente denominamos como póliza de seguro, por el que una compañía de seguros o reaseguros, a la que conocemos como la aseguradora, se obliga, a través del cobro de una prima y para el caso de que se produzca algún riesgo en el objeto que se estipula en la cobertura a indemnizar, siempre, dentro de las condiciones pactadas en el contrato, el daño producido al asegurado; ya sea mediante un capital, una renta, o a través de la prestación de un servicio.
A la hora de proceder a contratar un seguro, debemos de tener en cuenta qué tipo de seguro es el que deseamos contratar, y lo haremos en función de nuestras necesidades personales, profesionales o de capital. Los seguros, aunque existen más, habitualmente se clasifican como: seguros personales, seguros de daños o patrimoniales y seguros de prestación de servicios.
- Seguros personales
- Seguros de vida
- Seguros de accidentes personales
- Seguros de salud o enfermedad
- Seguros de dependencia
- Seguros de daños o patrimoniales
- Seguros de automóvil
- Seguros de ingeniería
- Seguros multirriesgo
- Seguros de crédito y caución
- Seguros de pérdidas pecuniarias diversas
- Seguros de robo
- Seguros de transportes
- Seguros de incendios
- Seguros de responsabilidad civil
- Seguros de prestación de servicios
- Seguros de asistencia en viaje
- Seguros de decesos
- Seguros de defensa jurídica
Como os decíamos y a pesar de que este esquema es bastante extenso, la realidad es que existen una gran variedad de seguros dentro de cada tipología, los cuales podemos contratar en función de nuestras necesidades específicas y es que la cantidad de variables y condicionantes que podemos añadir es bastante extensa. Sin embargo, lo que si es importante conocer es, sobre todo, a que riesgos nos podríamos encontrar expuestos y comparar lo que nos costaría hacer frente al coste de cada uno de esos riesgos. Por otro lado, también debemos de conocer lo que nos ahorraríamos si contratamos un seguro asumiendo algunos de los riesgos que se nos propongan.
Cabe destacar el hecho de que cada vez más los seguros se ajustan a nuestras necesidades y es que desde la crisis, somos muchos los que aseguramos solo lo estrictamente necesario, es por ello por lo que podemos contratar un seguro personalizado en el cual se encuentren sólo las coberturas que nos convienen, aunque debemos de ser conscientes de que de este modo, estamos asumiendo una cantidad de riesgos, que contratando un seguro completo, no tendríamos que hacerle frente.
A la hora de contratar un seguro, sea del tipo que sea, siempre debemos de acudir a Adeslas en Rivas y es que ellos son agentes profesionales que mirarán por nosotros y nos ofertarán los mejores seguros al mejor precio, estudiando siempre de forma detallada, las necesidades de cada uno de sus clientes, es por ello, que no hay nadie mejor que ellos para que confiemos nuestra seguridad.
Los plazos de un seguro
A la hora de contratar un seguro, debemos de tener en cuenta tres plazos que son de vital importancia para que luego no nos encontremos sorpresas.
- Período de aceptación. Es el tiempo que transcurre desde que la compañía hace la oferta a que el cliente acepta. Normalmente el período de aceptación es de quince días.
- Carencia de cobertura. Son los días que van desde que se firma la póliza hasta que el cliente empieza a estar cubierto realmente. Durante este período, el asegurado no cuenta con coberturas y se da, sobretodo, en seguros de salud.
- Período de gracia. Son los 30 días posteriores al pago de la prima o la póliza periódica, en caso de que no se haya realizado el pago correctamente. Durante este tiempo, el asegurado se encontrará cubierto.