Como todos sabéis en este blog buscamos ideas y profesionales que nos allanen el camino para que éste nos resulte más cómodo a todos nosotros. La vida ya es demasiado complicada como para complicárnosla aún más. Hace unos días recibí la petición de una lectora que está buscando casa en Segovia y no encuentra lo que necesita, tras buscar referencias y contactar con algunos conocidos le recomendé que acudiera a una inmobiliaria en el centro de Segovia que hace maravillas con los presupuestos de sus clientes.
El caso es que esta misma señora volvió a escribirme pocos días después para darme las gracias porque había encontrado, por fin, algo que se adecuaba a sus necesidades gracias a Segohouse, la inmobiliaria a la que la envié y yo estoy más feliz que unas castañuelas porque por cosas como estas es por lo que yo invierto mi tiempo libre en este blog y en intentar buscar buenas empresas que se encarguen de hacer el trabajo que tú no consigues terminar por ti sólo, por estas cosas me merece la pena seguir escribiendo aquí, al pie del cañón.
Y es que ayudar a los demás te ayuda a ti mismo. Es así. Para mí no es nada altruista escribir este blog, al contrario, es muy egoísta porque busco mi propio beneficio. Por un lado me quito esa espinita de poder escribir, porque siempre he querido hacerlo y ahora Internet y las Redes Sociales me dan la oportunidad de contar mis ideas y que los demás puedan leerlas. Por otro lado siento mi propio bienestar cuando consigo ayudar a alguien o cuando pienso que lo he hecho porque me siento bien, me siento útil. Y por otro lado me convenzo a mí mismo de que el tiempo invertido no es tiempo perdido porque ha merecido la pena.
Pero hay muchos beneficios de ayudar a los demás. Puede sonar ridículo pero ayudando a los demás te ayudas a ti mismo y no hablo del altruismo interesado que sólo opta por ayudar a otros pensando en los beneficios que te pueda reportar esa ayuda, no, eso es aún más egoísta que lo que hago yo. Hablo sólo de los beneficios que te trae el ayudar altruistamente a los demás.
Por ejemplo, el que da siempre acaba recibiendo. A lo mejor no de esa misma persona pero como la sociedad que le rodea sabe que es generosa cuando tenga un problema tendrá más conocidos dispuestos a ayudarle que si hubiera sido una persona poco social. Además te sientes bien ayudando, es una sensación positiva que te da el hecho de poder echar una mano y esto aumenta tu autoestima porque quien recibe suele mostrar gratitud y aprecio por la persona que le brinda ayuda, es un feedback que merece la pena. Además, quien ayuda se siente útil por lo que aumenta su autoconfianza y se vuelve más positivo analizando su situación.
¿Entendéis ya lo que quiero decir? Pues bien, este es mi único motivo para seguir con este blog. Vosotros, ayudaros y vuestra gratitud hacia mí.