En la vida llegan momentos en los que tenemos que decidir. ¿Casados o solteros? ¿Ciencias o Letras? ¿Vivir en España o en el extranjero? Y por supuesto, si me compro un coche nuevo o de segunda mano. A las primeras preguntas no podemos contestarte, pero a la última sí. Lo que podemos hacer es la típica balanza en la que podemos poner las cosas buenas de comprar un automóvil nuevo o bien apostar por un coche de segunda mano. Como todo en la vida, tiene su lado A y B.
Por supuesto, lo primero que tienes que tener en cuenta es tu poder adquisitivo. Si tienes dinero de sobra, es decir, si eres un acertante de los Euromillones, si has heredado de un tío de La Habana o si a ti la crisis que estamos viviendo no te afecta porque estás cobrando todos los meses 5.000 euros al mes, pues nada, no hagas cuenta, vete al concesionario y cómprate el coche de tus sueños. ¡Será por dinero! Ahora bien, si como el resto de los mortales haces cuentas para llegar a final de mes, es el momento de hacer la balanza.
Comprar un coche nuevo
Beneficios
Está claro que la principal ventaja que tienes si te compras un coche nuevo, es que podrás comprarte el que tú quieras, por el precio que tú quieras (color, motor, extras…) y con todos los servicios que quieras. Es la principal ventaja de adquirir un vehículo nuevo.
Por supuesto, un coche nuevo no tiene averías ocultas que podría tener uno de segunda mano, ni tampoco vas a tener que de acometer las ITV correspondientes a la edad del vehículo. Y eso también es un ahorro y muchos trastornos menos. Si tienes una mentalidad ecológica, pues sabrás que los nuevos modelos son menos contaminantes, pues están adaptados a la normativa de la Unión Europa de bajas emisiones.
Incluso si entregas uno antiguo te pueden hacer descuentos si te aplicas a algún plan de los Gobiernos, ya sean nacionales o regionales.
Desventajas
La principal desventaja de comprar un coche nuevo es que el momento que ese coche sale del concesionario ya estás perdiendo dinero. Si por ejemplo tienes un accidente puedes estar todavía pagando el vehículo sin ya usarlo. Además, los coches nuevos suelen tener buena potencia y tendrás que someterles a inspecciones periódicas. Ahora no es como antes que no ibas, ahora está todo controlado.
Comprar un coche de segunda mano
Beneficios
Por su parte, la principal ventaja de optar por un coche usado es el precio. La depreciación que ya ha sufrido el primer comprador ya estaría incluida en el mismo –también los defectos y averías-, con lo que no la asume el posterior propietario. Tiene que estar muy seguro de quien te lo vende porque puedes caer en una trampa. Nosotros no nos fiamos mucho de los particulares, por eso apostamos más por los talleres o las operaciones de KM0.
Si tienes un coche usado y tienes averías no hace falta que vayas a las casas oficiales. Puedes poner toda la confianza en talleres de la calidad de Talleres Paiz. En este taller especializado en MINI y BMW puedes realizar un mantenimiento regular de su vehículo, lo que le garantiza una seguridad óptima y un gran confort en la conducción. Así puedes ir tranquilo.
Desventajas
Las desventajas que te puedes encontrar cuando compres un coche de segunda mano es que puede llegar con algún problema, por eso tendrás que probarlo antes de comprarlo. Además, no seré el coche de tus sueños, ya que te tocará elegir entre lo que haya.
Los hábitos de compra
Según los estudios sobre hábitos de consumo de los concesionarios Faconauto, el 88% de los compradores de un coche están interesados en un vehículo de ocasión, de los cuales, el 69% opta, finalmente, por esta alternativa. Así que la balanza se pone de lado del coche de segundo mano.
Por otra parte, la mitad de los usuarios busca un coche usado que haya estado menos de cinco años en circulación. Y el 50% de los consumidores que vista un concesionario para adquirir un coche nuevo, además, está dispuesto a cambiar de decisión y optar por este tipo de vehículos y antigüedad.
Ahora ya conoces más datos sobre la compra de un coche nuevo o de segunda mano. Lo principal es tener en cuenta estos aspectos y luego poner en marcha la famosa balanza. Con un poco de sentido común sabremos lo que tenemos qué hacer.