Cuando se tiene un pequeño negocio es normal prepararse para cuando se cree que viene una buena temporada. Esperando conseguir una gran cantidad de ventas se adquiere un número considerable de artículos, y a veces, por cualquier razón no se consiguen vender. Cuando esto ocurre, todo lo que nos ha sobrado pasa a ocupar sitio en nuestro almacén: y empieza a formar parte de lo que conocemos como stock. Este espacio que estamos ocupando, lo creamos o no, cuesta dinero, por lo que, si no conseguimos darle salida, hacer una liquidación de stock, puede tener muchas ventajas. Es cierto que el margen de beneficio es inferior, pero sale más rentable que no venderlo nunca. Por supuesto, siempre y cuando el proveedor no admita devoluciones, que ha de ser lo que hemos de intentar.
Antes de decantarnos finalmente por la liquidación, podemos hacer una pequeña reflexión a cerca de cómo hemos intentado vender estos productos. Puede que cuando los pusiéramos a la venta no fuera el momento oportuno o, que los hubiéramos situado en un lugar de la tienda que no llamaban suficientemente la atención. Así que la primera opción, una vez pasado el tiempo es volver a presentarlos de nuevo, siguiendo una estrategia diferente.
Si nos decantamos por hacer la liquidación hay varias estrategias que podemos seguir. Para seguirlas no es necesario anunciar que lo que hacemos es una liquidación, porque la ley es específica con estos supuestos. Si lo que queremos es vaciar nuestro almacén, pero continuar con nuestra actividad, es importante ser creativos y no presentar estos productos de forma que parezca de menor calidad que el resto. La realidad es que todos forman parte de nuestro negocio y representan de una forma u otra a nuestra marca. Por eso, muchas veces no bastará con bajarles el precio, aunque lo podemos intentar abriendo una “nueva sección” con productos de otras temporadas, así justificamos esa rebaja. Puedes crear ofertas o promociones en las que incluyas uno de estos productos con uno nuevo, creando paquetes a un precio competitivo. Incluso una buena estrategia sería organizar algún tipo de sorteo. Si tienes redes sociales, y lo organizas a través de ella, la visibilidad que te puede ofrecer, también es un beneficio importante. También existe la posibilidad de incluir nuestro negocio en plataformas de venta online que pueden dar salida a nuestro stock, ya que algunas de ellas se dedican en exclusiva a la venta de stock sobrante.
Fórmulas permitidas
La venta por liquidación es una práctica que está recogida en la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, y la denomina ‘ventas especiales’, que no debe ser usada como estrategia habitual, si no como respuesta a situaciones especiales.
Estas son las fórmulas que se pueden usar:
Ventas por liquidación: estas ventas están sujetas a unas obligaciones hacia el consumidor, que está exenta de muchas de las restricciones que afectan a las rebajas. El consumidor tiene derecho a identificar el motivo de la liquidación. En los artículos con garantía, estamos obligados a sellarla y ofrecerla en las mismas condiciones que si se tratara de una venta normal. En caso de que vayamos a cerrar en un plazo inminente, conviene informar al cliente de que la garantía la cubre el fabricante y a quien puede reclamar en caso de avería. Si entre lo que vendemos hay algo defectuoso o deteriorado, hemos de comunicarlo previo a la venta.
Ventas de saldos: vendrían a ser los outlets que están tan de moda y que se abastecen de productos de otras temporadas. La venta a través de outlets, que técnicamente son ventas de restos o de saldos, se realiza con productos que lleven más de seis meses en la tienda, o si están deteriorados, señalando el tipo de defecto y su ubicación.
Intermediarios: hoy en día existen intermediarios que compran grandes lotes de mercancía en stock para sacarlos a la venta en canales alternativos, mercadillos o rastros. También existe un nuevo tipo de negocio, se trata de empresas especialistas en la venta de liquidaciones al por mayor, como Liquistocks, que compran stocks de otros negocios para darle salida en su almacén.
Sin duda, este tipo de intermediarios son una gran opción, sobre todo si lo que queremos es liquidar toda nuestra mercancía porque lo que pretendemos es cerrar definitivamente el negocio. Hay una tendencia en aumento, desgraciadamente en nuestro país, que es la del cierre de los pequeños comercios de barrio, hasta tal punto que desde hace unos años el número de comercios que cierran es de 22 al día de media. Debido a estos datos, desde las asociaciones de comerciantes, se le está pidiendo al gobierno que impulse medidas para potenciar el comercio de proximidad, no solo por el importante volumen y la calidad del empleo que genera, sino también porque es un factor fundamental de equilibrio, seguridad y bienestar en nuestros barrios y ciudades.