Lo que otros pueden hacer por ti cuando no te encuentres bien

“Para vivir, solo vale la pena vivir para vivir”, así cantaba Joan Manuel Serrat en sus buenos años. Y qué razón llevaba. En mi caso, tan solo un instante es suficiente para que un corazón cambie el ritmo no solo de una vida sino el de muchas vidas. Hace unos meses, el corazón de mi padre se convirtió en el centro de nuestras preocupaciones marcando con su tic tac el día a día de todos los familiares. Empezaron así las noches durmiendo en sofás, las continuas visitas al hospital y, sobre todo, el empeño de que todo pareciese normal. Estaban siendo unos días cargados de nervios incertidumbres y pesadillas que poco a poco empezaban a disiparse pero mientras tanto nadie podía evitar que en aquellos momentos viviésemos con el corazón en un puño. “Está claro que vivir mata”, me dijo mi padre cuando ya estuvo recuperado en la misma cama del hospital.

Fueron días en los que mantuve una gran conversación con él. Quizás por eso de que vio el famoso túnel en el camino, la relación entre nosotros cambió. Nunca había  tenido esos diálogos, esas charlas trascendentales sobre la vida. Pasamos de hablar de temas de la empres, del seguro o de política a hablar de lo más importante: la salud. Y es que al final, en esto estamos todos. Recordaba que había tenido riñas con él, por diferencias políticas, incluso de fútbol, hasta que en esa fría habitación de hospital me di cuenta de lo que importaba.

Recuerdo que mi padre me decía que las personas vistas desde la ventana de  la habitación parecían hormigas, unas que entran y otras salen. Caminando para trabajar, sin importar el resto. Unos llevan a los niños al colegio, otros al trabajo. Todos son cómplices de esta sociedad. Parece mentira, pero hace unos días era mi padre el que estaba haciendo lo mismo. El que iba corriendo a todos los sitios, como si le fuese la vida en ello. Hoy esto se conoce como estrés laboral. Yo en ese momento le conté a mi padre que me parecía como si el mundo se hubiera olvidado de nosotros y que a nadie le importara un carajo. Pero esos golpes de la vida sirven para esto. Para darte cuenta de que la vida son cuatro días, y tres los pasamos trabajando y otro discutiendo.

Un infarto que cambió la mentalidad de mi padre, y justo en ese momento comenzamos a darnos cuenta de que hay cosas en la vida que otros pueden hacer por nosotros. Así vamos a evitar problemas de salud. Y si, no hay que pensar que es un gasto, sino una inversión.

Cocinar comidas saludables

Es el momento de pedirle a alguien que nos prepare comidas nutritivas y equilibradas, ya que esto puede ayudarnos a evitar la tentación de comer alimentos procesados o poco saludables. Si no sabemos cocinar o no tenemos tiempo, es el momento de que otros lo hagan por nosotros.

Motivarnos para hacer ejercicio

Tener a alguien que nos anime y nos mantenga motivados a ejercitarnos regularmente puede ser muy beneficioso para nuestra salud física y mental. Por eso, ese amigo o esa pareja que en lugar de quedarse casa nos dice que vayamos con ella al gimnasio, seguro que nos viene muy bien. Esto también nos servirá para ayudarnos a controlar el estrés. Pedir apoyo emocional a nuestros seres queridos puede ayudarnos a gestionar el estrés y evitar que empeore nuestra salud general.

Recordarnos tomar medicamentos

Si tenemos un régimen de medicación, solicitar a alguien que nos recuerde tomarlos puede ser muy útil para asegurarnos de no olvidarnos de ellos. O incluso tirar de la tecnología, para que nos avise. Para eso están.

Adiós a lo de conducir

Uno de los mayores puntos de estrés vienen de la circulación. Por eso, lo mejor es dejarlo en manos de empresas de trasportes. Ya sea para una mudanza, ya sea para enviar paquetes o la mercancía de nuestra empresa a algún cliente. Esto se deja en manos de empresas como Star Cargo, que como nos indican, nos van a quitar un gran peso de encima.

Ayudar en las tareas del hogar

Uno de los principales problemas que podemos tener es el de mantener la casa. Por eso, pedir ayuda para realizar tareas del hogar, como limpiar o hacer la compra, puede reducir el estrés y la carga física, evitando el empeoramiento de nuestra salud. Hay muchas empresas que realizan estos servicios, y no, no nos tiene que suponer un problema.

Proporcionar compañía y apoyo social

Pasar tiempo con amigos y familiares puede tener un impacto positivo en nuestra salud mental y emocional, brindándonos un sentido de conexión y apoyo. También nos pueden acompañar a citas médicas: En caso de tener citas médicas importantes, contar con alguien que nos acompañe puede asegurarnos que no nos sintamos abrumados y recibir el apoyo necesario. Y si hay que contratar alguien, pues se hace.

Realizar tareas físicas o evitar situaciones que nos dañen

Si tenemos una restricción física o médica, pedir a alguien que realice ciertas tareas que podrían empeorar nuestra salud física, como levantar objetos pesados o realizar actividades demandantes. Esto se puede solicitar a las administraciones ya que ahora mismo los servicios sociales son muy amplios.

Ya por último, es importante recordar que la responsabilidad principal de cuidar nuestra salud recae en nosotros mismos, pero en muchas ocasiones, el apoyo de otras personas puede ser fundamental para mantenernos saludables y evitar un empeoramiento de nuestra condición. Y es que, si ellos pueden hacerlo por nosotros, mejor dejarlo en sus manos. Yo todavía recuerdo aquellas conversaciones con mi padre en el hospital. Fueron duras, pero constructivas. Así pues, no olvides que vivir puede matar, por lo que hay que ponerle freno. “Estoy en el descuento”, decía siempre mi padre cuando le preguntaba cómo se encontraba. Por suerte, este tiempo de prolongación fue más de lo que pensamos.

 

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