En mi último viaje a África, entre las muchas cosas increíbles que descubrí está el Baobab, un árbol milenario, conocido como el “Árbol de la Vida” para las étnicas africanas.
Me sorprendió mucho que en muchos poblados es venerado y se hacen ofrendas para las cosechas, la fertilidad y la buena suerte. Se trata de un árbol que nace en zonas semi-áridas de África como Senegal y Gambia, dos de los lugares que visité en mi viaje.
Se trata de un árbol con una presencia imponente, terminó siendo uno de los grandes protagonistas de mi viaje y uno de mis mayores descubrimientos.
La fruta del Baobab tiene una forma aovada y está constituida por una parte leñosa externa muy resistente, cubierta de una pelusa amarillo-verdosa, y de una parte interna, que constituya la pulpa. Una vez que está maduro, el fruto cae del árbol y al abrirlo encontramos la pulpa deshidratada con aspecto polvoriento, con un color blanquecino y sabor ligeramente ácido.
No tardé en investigar un poco por mi cuenta para conocer más detalles de este interesante árbol.
Al parecer, el Baobab era conocido ya por los Antiguos Egipcios, así aparece en algunas imágenes descubiertas en algunas tumbas cerca de Aswan, del año 2500 AC. Los estudiosos piensan que era utilizado por su actividad antipirética y antinflamatoria.
El botánico francés Micahel-Adansan (1757) después de una estancia de 5 años en Senegal y de haber consumido a diario zumo de Baobab, pudo comprobar personalmente los beneficios de la pulpa del Baobab, y concluyó en sus escritos que “entre todos los árboles estudiados, el Baobab se puede considerar el más útil en absoluto”.
Entre otras cosas, el Baobab tiene un alto contenido en fibras en comparación con otras frutas, casi tres veces más que la leche. Triplica los antioxidantes que proporcionan los arándanos. Por otra parte, solo 25 gramos de la pulpa entregan la porción de Vitamina C diaria que necesitamos.
También aporta minerales como el hierro, potasio y magnesio. Ayuda a absorber el hierro y el calcio en el organismo y estimula y cuida la flora intestinal.
Otro de sus beneficios con evidentes aplicaciones cosméticas es su alto contenido en antioxidantes, con lo que combate el envejecimiento prematuro de las células.
De hecho, tiene muchas propiedades para la piel, ya que ayuda a mejorar su elasticidad, así como su hidratación. Por ello, previene y alivia afecciones como la psoriasis, eczemas, manchas causadas por el sol o sequedad crónica.
Además, es muy fácil de tomar, a mí me gusta añadirlo a los zumos, batidos, a la leche o al yogur por las mañanas.
Cómo conseguir Baobab en Polvo
Si bien, una vez que te acostumbras a los beneficios que aporta el consumo de este producto, lo difícil es dejar de tomarlo, y aunque cuando volví de África me costó un poco encontrar dónde comprarlo, al final es cuestión de tiempo dar con un sitio donde tengan este maravilloso producto.
Por suerte, gracias a las nuevas plataformas de comercio electrónico, resulta mucho más fácil encontrar todo tipo de productos en Internet, entre ello productos naturales y ecológicos.
Y es que, teniendo en cuenta que en el barrio en el que vivo apenas hay sitios donde comprar productos eclógicos la posibilidad de comprar por Internet ha sido una enorme ventaja para seguir disfrutando de las propiedades del Baobab.
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