Todos tenemos bien presente en nuestra mente la frase “hacer ejercicio es bueno para nuestra salud”. Sí, todos somos conscientes de ello y aun así ¡pocas veces le hacemos caso!
A pesar de que existe más de una forma de practicar ejercicio, de que tenemos un montón de información y tutoriales gratis a nuestra disposición en internet y de que existen los gimnasios, no es suficiente. Muchos de nosotros nos abandonamos a una vida sedentaria que nada bueno aporta a nuestra salud.
Pero ¿por qué hacemos esto? Te sorprenderá saber que existen muchas causas que explican nuestra falta de ganas de hacer ejercicio y que es lo que tenemos en contra de ir a un gimnasio (te voy haciendo spoiler, una de las culpas se las podemos echar una vez más al confinamiento).
En este artículo vamos a abordar este tema y además vamos a darte una serie de consejos para montar tu propio gimnasio en casa.
¡Así ya no tendrás excusas para realizar ese ejercicio que tanto necesita tu querida espalda!
Motivos por los que procrastinamos a la hora de hacer ejercicio.
Procrastinar, que es sinónimo de “dejar para más tarde” es algo que hacemos todos y que a ninguno nos gusta hacer. Sin duda, nos hace sentirnos culpables porque no nos sentimos capaces de cumplir todo lo que nos proponemos. Además, procrastinar nos hace sentir mucho cansancio físico cada vez que vamos a hacer ese “algo” que tanto nos cuesta.
Cuando decidimos hacer ejercicio, es cuando más aumenta el riesgo de procrastinar.
¿Por qué ocurre esto, es sólo porque es algo difícil y nos hace sudar? La respuesta es no.
Hay más motivos que nos pueden llevar a abandonar esas rutinas de ejercicio que tanto nos cuesta seguir. Entre ellos, encontramos:
- Puede que no te sientas motivado a hacerlo.
Todo en esta vida no es fácil, y si algo podemos confirmar es que cuando nos cuesta hacer alguna cosa necesitamos una recompensa o motivación que nos anime a hacerlo.
¿Por qué estas haciendo ejercicio? ¿Es para perder peso, o por salud? En cualquier caso, debemos tener claro el resultado que queramos obtener y seguirlo.
Si el problema surge por algún complejo físico, puede que no nos encontremos bien de ánimo y acabemos haciendo ejercicios difíciles que no nos gusten, lo que nos llevará a una frustración constante (además, los resultados no serán visibles hasta que pase un tiempo, por lo que prolongaremos la frustración aún más).
Hacer ejercicios que no nos gusten puede ser determinante para la falta de motivación. Si te atrae algún deporte, opta por él, aunque no esté enfocado a “perder peso”, ya que, si lo haces de manera constante y sigues una dieta variada, acabarás perdiendo peso igualmente.
Si tienes muchos complejos y te hacen sufrir, también te recomendamos visitar un psicólogo para evaluar tu estado mental y seguir consejos que te hagan sentir mejor contigo mismo.
- No encuentras tiempo.
Siempre hay tiempo para todo, pero muchas personas están tan cansadas de sus apretados horarios de trabajo o conciliación familiar, y no se sienten con fuerzas para hacer ejercicio.
En ese caso, puedes limitar tu entrenamiento a un tiempo corto antes de trabajar o durante los descansos. Te dejamos este artículo de la revista digital GQ donde puedes encontrar un ejercicio general de tan solo 15 minutos para mantenerte ejercitado durante todo el día.
- Miedo al fracaso y al compromiso.
Algunas personas pueden procrastinar el ejercicio debido al temor de no sentirse capaces de hacerlo o de mantener un nivel adecuado de compromiso. Al fin y al cabo, somos nuestros peores enemigos, y la falta de confianza en uno mismo puede jugarte malas pasadas.
Trátate como te gustaría que te tratase otra persona.
¿Cómo reaccionarias si alguien confía en ti y pone todas sus ilusiones en tu palabra? Seguramente te sentirías presionado y harías todo por no fallarle. Pues contigo se aplica la misma historia. Cumple tu palabra y siente que puedes confiar en ti, y ya verás como puedes mantener esa rutina de ejercicios sin ningún problema.
- Falta de apoyo o compañía.
La falta de apoyo social o de un compañero de ejercicio puede hacer que procrastinemos.
Esto no es aplicable a todo el mundo, ya que hay personas que incluso prefieren estar solos y no quieren ir al gimnasio precisamente porque está rodeado de gente.
Si te sientes solo y éste es tu caso, puedes intentar hablarle de tus ejercicios a un amigo o algún familiar. Tener alguien que nos motive, nos acompañe o nos mantenga responsables puede marcar la diferencia en nuestra capacidad para mantener una rutina de ejercicio regular.
- Falta de planificación.
Esta es la causa más común por la que no termina de cuajar nunca nuestro plan de hacer ejercicio. No sabemos qué ejercicio nos viene mejor, ni sabemos cómo realizarlo.
Si no tenemos un plan de ejercicio claro y estructurado, es muy probable que procrastinemos una vez más. La falta de un horario o una estrategia de ejercicio puede hacer que nos sintamos desorganizados y menos propensos a comenzar.
Algunos de estos problemas se resuelven yendo al gimnasio, pero hay personas que no quieren ni pisarlo.
¿Por qué hay personas que no quieren ir al gimnasio?
No le pasa a todo el mundo, pero existen una serie de razones que pueden hacer que estas personas sientan rechazo ante la idea de ejercitar su cuerpo en un gimnasio.
Una de ellas la encontramos cuando miramos hacia el pasado, en el año 2020. El confinamiento hizo que muchas personas se quedaran en casa, haciendo todas sus rutinas entre sus cuatro paredes durante meses.
Esto ha provocado que algunas de estas personas no quieran (o no consideren necesario) salir de casa para hacer ejercicio. De hecho, muchas de ellas se han montado su propio gimnasio en casa y están tan a gustito.
La fobia social o el miedo a socializar también puede afectar a las personas que prefieren estar en casa. Es un hecho que los gimnasios están llenos de personas diferentes realizando ejercicio, por lo que, sin duda, visitar un gimnasio puede hacer sentir ansiedad a estas personas.
La vergüenza por exponerse ante los demás y por el “qué dirán” de algunas personas por su situación física también es la culpable en algunos casos. De cualquier manera, puedes sentirte mejor o peor con la idea de visitar un gimnasio, pero no queremos que abandones la idea de hacer ejercicio por no querer pisarlo.
Por ello, vamos a mostrarte lo siguiente.
¿Cómo puedo montar mi propio gimnasio en casa?
Puede que estés pensando que para tener tu propio gimnasio debes tener una casa grande con una habitación enorme, la cual esté decorada con una pared llena de espejos, aparatos grandes de hacer ejercicios y hasta una sauna tan fantástica como la que te pueden instalar desde la empresa de Saunas Luxe.
Pero no te preocupes, existen muchas opciones y no todas incluyen vivir en un chalet.
Para ello, deberás determinar concretamente qué tipo de ejercicio quieres realizar. Una habitación o nuestro propio salón pueden servir para instalar algunas cosas que ayuden a ambientar (o incluso una terraza).
Una vez tengas decidido el lugar donde vas a instalar el equipo, puedes adquirirlo en tiendas de deporte o plataformas de compra y venta de segunda mano (los equipos de gimnasia pueden ser caros, por lo que no descartes esta opción).
Si quieres hacer yoga puedes comprar una esterilla y montar tu pequeño espacio zen, con plantas y una lista de reproducción que te ayude a meditar. No necesitas muchas cosas para poder montar tu gimnasio, además puedes también salir a correr a la calle un rato y solo hacer en casa estiramientos y calentamientos.
Si no sabes qué tipo de ejercicios son los adecuados para la situación en la que te encuentras, puedes pedir ayuda a un entrenador personal o solicitar un calendario de entrenamiento de forma online, ya que hay muchas plataformas y páginas web que pueden ayudarte.
Como ves, no tienes porqué salir de casa o pagar una cuota mensual para mantenerte en forma. A pesar de que ir al gimnasio ofrece muchas ventajas, puede no ser lo ideal para todo el mundo ¡y está bien! Lo importante es que mantengas el compromiso de cuidar tu salud mediante el ejercicio físico contigo mismo.