La vivienda en España ha tenido unos atrasos considerables con respecto a otros países, y me refiero a comodidades y tecnologías, pero también es bastante lógico teniendo en cuenta cómo es nuestra sociedad y la climatología del país. En el norte ha estado pasando menos precisamente por lo mismo, el frío y la cultura o costumbre de la sociedad ha provocado la necesidad de invertir más en calidad de vida dentro del hogar que en el centro y sur de España.
Hoy en día, la mayoría de los edificios con más de 15 años de antigüedad tienen carencias notables, sobre todo en lo que ha aislamiento y eficiencia se refiere, pero también en cuanto a tecnología. Por ejemplo, ¿sabíais que mientras que en otros países la climatización o, como mínimo, el aire acondicionado es un extra que tienen todas las casas desde hace más de 20 años aquí aún hay edificios de obra nueva que se construyen sin la instalación pertinente?
La mayoría de viviendas carece de este tipo de tecnología porque nunca había sido costumbre tener aire acondicionado en verano y para el invierno con una buena estufa sobraba. Pero eso ha cambiado, las temperaturas han ido subiendo poco a poco cada año pero lo peor no ha sido eso, sino que esa temperatura ha ido en ascenso del mismo modo en el que lo ha hecho la humedad y eso significa que aunque el termómetro marque 31 grados a la sombra, la sensación térmica puede ser perfectamente de 38, así que ya no os quiero contar lo que se siente en Andalucía, Murcia o la Comunidad Valenciana cuando el termómetro llega a los 35 grados con un 75% de humedad.
Al final, el aire acondicionado se ha convertido en indispensable en cualquier vivienda, más en el sur, pero también en el centro y norte del país. Cabe recordar que aunque el sur tenga más días de sol al año, y más días de calor, cuando “Lorenzo” aprieta puede hacerlo también en ciudades como Toledo, que registró la temperatura más alta del país el año pasado con 42,5 grados centígrados en el mes de Julio.
Pero una buena instalación de este tipo también puede mantenerte calentito en invierno. Cabe recordar que la mayoría de aires acondicionados al uso vienen también son sistema de bomba de calor, que además es mucho más económico que la estufa eléctrica. El mayor problema de la bomba de calor es que a temperaturas muy bajas deja de ser eficiente, ya que la máquina suele estar fuera dela vivienda y cuando se rozan los cero grados deja de tener la potencia suficiente como para calentar el aire que procede del exterior antes de lanzarlo al interior de la casa a través de los conductos.
Sin embargo, para climas más cálidos (mal llamados suaves) como los del sur del país, es perfecto. ¿Y por qué digo eso de “mal llamados suaves”? Pues porque se considera que un clima es suave cuando no hay una bajada de temperatura drástica en invierno pero a mí no me parece nada suave tener que pasar por sensaciones térmicas de más de 45 grados en Julio, Agosto y a veces parte de Septiembre. Puede ser muchas cosas, pero suave no lo creo.
Reformas básicas
La parte negativa de todo eso es que no podemos derribar todos edificios construidos antes del 2000 y volverlos a construir con el aislamiento necesario y la tecnología pertinente, la parte positiva es que actualmente esos avances tecnológicos nos permiten aislar mejor nuestra vivienda e invertir correctamente la energía sin tener que derribar la casa.
Por ejemplo, los edificios antiguos tienden a tener aislamiento cero en los muros exteriores del edificio. De hecho hay quien asegura que incluso carecen de cámara de aire, lo cual es la repera, así que mucho menos van a tener ningún tipo de aislamiento. Sin embargo, hoy en día hay un sistema realmente innovador que nos permite insuflar aislante en forma de espuma a través de pequeños agujeros realizados en la pared, de pocos centímetros, que pueden volver a cerrarse con facilidad y sin que se note apenas nada. Pero una de las reformas que más se notarían con respecto a la eficiencia sería la de cambiar las ventanas, y es que el 90% de los cerramientos de los edificios con más de 20 años tienen ventanas poco eficientes y los de los edificios de más de 35 años suelen ser de madera, por lo que están ya muy estropeadas.
Según los profesionales de La Ventana Perfecta el coste medio de instalar ventanas nuevas en una vivienda (dependiendo del número de ventanas y de su tamaño) podría rondar el mínimo de 2.500 euros o 3.000, y es que como mínimo hablamos de 3 o 4 ventanas, puede que de algún balcón también, y hay que contar con la retirada de los cerramientos antiguos, la compra a medida de las nuevas ventanas y la instalación de las mismas.
Sin embargo, la realidad es que es una de las partidas más necesarias si buscamos el ahorro energético, y probablemente de las más agradecidas.
Una vez instaladas unas buenas ventanas aislantes se puede reducir la factura de la luz entre un 20 y un 40 por ciento, dependiendo del tipo de vivienda, del uso que hagamos de la electricidad e incluso del tipo de electricidad que se use. En las viviendas unifamiliares o en los adosados se apuesta abiertamente por la energía de autoconsumo fotovoltaica, y es que según explican desde Eficiencia-V, el autoconsumo es el mejor modo de ahorro, aunque a priori el desembolso que haya que realizar para su instalación sea elevado. Y es que debemos tener en cuenta que una vez tengamos este tipo de energía el coste de las facturas de luz se reducirá notablemente y en algunos casos incluso podremos desengancharnos de la red eléctrica.
Calidad de Vida
Al final, por muy nueva o antigua que sea una vivienda, si esta cuenta con el mantenimiento adecuado y se le ofrecen las reformas pertinentes, podemos tener una calidad de vida envidiable porque en nuestro país tanto el clima, como la situación, es mucho más favorable que en la mayoría de países de nuestro alrededor.
Pero ¿qué obras serían las indispensables en la mayoría de los casos? Pues además de las ya citadas sobre el aislamiento y la instalación de nuevos cerramientos, podríamos hablar de la instalación de suelos cálidos y resistentes que, aunque pueda parecer algo caro, no tiene por qué ser tanto. Obviamente podemos levantar nuestro viejo suelo cerámico e instalar una bonita tarima flotante pero eso tiene un coste elevado, no solo por el precio de la tarima sino también porque hay que pagar la retirada del viejo suelo con escombros incluidos. Pero también podemos optar por instalar el suelo sobre nuestro suelo viejo si está en buenas condiciones, podemos hacer esto si ponemos tarima flotante pero también si optamos por el suelo vinílico, que es mucho más sencillo de instalar por lo que, aunque no sea mucho más económico el metro cuadrado, sí resulta más barato por el ahorro que tenemos en la instalación del mismo. Además, para quien no lo conozca es interesante saber que le suelo vinílico de buena calidad es ideal por muchos motivos: es cálido en invierno, tiene cierta flexibilidad por lo que no se rompe con facilidad cuando cae algo (lo que sí ocurre con el suelo cerámico), y es perfecto para niños y animales porque es resistente a la mayoría de trastadas que nos puedan hacer en casa.
Además si vivimos en una zona muy fría podemos aprovechar la reforma del suelo para instalar suelo térmico, que tiene poco gasto y una eficiencia estupenda. Eso sí, la instalación precisamente barata no es, aviso a navegantes.
Sea como sea, invertir el dinero en mejorar nuestra calidad de vida dentro de casa nunca es un dinero malgastado.