Como definición, se podría decir que la traducción jurada en España es aquélla que tiene carácter de oficial y otorga validez jurídica a un documento o texto. La traducción jurada puede ser de cualquier aspecto de la vida, no tiene porqué ser algo relacionado con el derecho ni con la jurisprudencia en general, lo que se requiere es que esta traducción sea jurada, firmada y sellada por un traductor oficial, o perito traductor, o traductor jurado, -todas estas denominaciones son válidas- que actúa ciertamente como un notario público, ya que de lo que se trata es que la traducción surta los efectos jurídicos o legales oportunos, adquiriendo el valor de documento público. Y por esto es necesario que la realice un profesional que disponga del título de traductor e intérprete jurado. En España, este título lo otorga el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Los documentos que normalmente requieren de esta traducción jurada son los certificados y títulos académicos, certificados de penales, registros de nacimiento o fallecimiento, etc., pero también cualesquiera otros documentos o textos relacionados con aspectos variados de la vida y que puedan tener efectos legales en causas judicializadas o ante los organismos oficiales que la requieran.
La traducción y su edad dorada en la Historia
Desde el siglo XII la Escuela de Traductores de Toledo, marca un antes y un después en el acervo cultural de España y del mundo occidental de la época, propiciando un foco expansivo del conocimiento, con la traducción e interpretación de los textos clásicos greco-latinos alejandrinos, vertidos del hebreo y del árabe al latín con el romance castellano como lengua intermedia y vehicular, o directamente a las lenguas emergentes, origen del castellano actual. La conquista de Toledo en el 1085 y la condescendencia de los reyes de León cristianos con los judíos y musulmanes facilitó este tráfico cultural que fue la piedra sobre la que se edificó el gran renacimiento científico, filosófico y teológico en España en primer lugar, y en todo el Occidente cristiano, vertiendo textos filosóficos y teológicos, con interpretaciones y transcripciones al latín, de filósofos de la talla de Aristóteles –Domingo Gundisalvo- escritos en árabe, y que un judío converso como Juan Hispano traducía al castellano incipiente. En la segunda mitad del s. XIII el rey Alfonso X El Sabio, rey de Castilla y de León, institucionalizó en Toledo esta “Escuela de Traductores”, vertiendo al castellano textos médicos, científicos y astronómicos principalmente, y en su corte se compuso la primera Crónica General de España.
Requisitos para obtener el título de traductor jurado
Los traductores que deseen optar al título de traductor jurado deben estar en posesión de un título universitario y no tener antecedentes penales, o haber aprobado el examen de idiomas de la Oficina de Interpretación de Lenguas -dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación-. También se accede mediante la convalidación de un título extranjero obtenido en otro país comunitario. Y son los organismos públicos los que normalmente exigen que determinado documento o expediente sea traducido por un traductor jurado y así quede acreditada su fidelidad y exactitud.
Los servicios más comunes de los traductores jurados son la traducción de un documento escrito con la certificación de que esta traducción es correcta y completa. También certifican que una traducción hecha por otra persona es correcta e íntegra en todas sus partes. En procesos judiciales, o en ceremonias de matrimonio o en actos notariales donde los intervinientes no hablen el idioma en el que discurre la ceremonia, son los encargados de la interpretación o traducción simultánea entre las partes. En cuanto a los documentos que más habitualmente traduce un traductor jurado, son los contratos o certificados empresariales extranjeros que se deban presentar ante autoridades españolas; certificados académicos, médicos, de penales; documentos que se aportan en procedimientos de naturalización; permisos de residencia; poderes notariales otorgados en un país tercero; testamentos otorgados en el extranjero, partidas de nacimiento, certificados de defunción, actas de matrimonio, etc.
El RD 2555/1977 de 27 de agosto aprueba el Reglamento de la Oficina de Interpretación de Lenguas del Ministerio de Asuntos Exteriores –redacción modificada por el R.D. 2002/2009 de 23 de diciembre-. En su artículo 6 apartado1º se indica “Las traducciones e interpretaciones de una lengua extranjera al castellano y viceversa que realicen los Traductores-Intérpretes Jurados/as tendrán carácter oficial, pudiendo ser sometidas las traducciones a revisión por la Oficina de Interpretación de Lenguas cuando así lo soliciten las autoridades competentes”.
Una agencia de traducción para toda España
Eikatrad es una agencia de traducción de Sabadell, Barcelona, con traductor jurado oficial en ruso, que facilita servicios de traducción jurada a toda España. Desde sus inicios en 2008 ha ido integrando en su equipo traductores e intérpretes profesionales altamente cualificados. Si necesitas un traductor jurado por un asunto de extranjería, o por un proceso de divorcio, o una herencia del extranjero, esta agencia facilita servicios lingüísticos profesionales en cualquier provincia del territorio nacional. La calidad, la excelencia y la adaptación al idioma y país al que va destinado el servicio es lo que debe caracterizar a una agencia de este tipo, y así lo hacen en Eikatrad, que cuentan con colaboradores en todo el mundo, rigurosamente seleccionados para cada tipo de traducción. Si necesitas un traductor comercial, técnico o traductor jurado, intérprete, editor audiovisual o diseñador gráfico en esta agencia te lo facilitan, seguro.
En ocasiones las empresas sufren la ralentización de determinados procesos de gestión por no externalizar un servicio de traducción necesario, dando así pasos perdidos que no conducen a ninguna parte, hasta que se toma la decisión de encargar este servicio a traductores especializados que darán la más exacta versión de su proyecto, contrato, informe, memoria, campaña, presupuesto, etc. en el idioma requerido por sus clientes, accionistas, delegados, socios extranjeros, etc. Es aquí donde una agencia de traducción puede jugar un papel determinante para empresas y corporaciones privadas, ofreciendo un servicio fiable y de calidad que facilitará la firma de un contrato con la seguridad de que en el mismo se reflejan fielmente las mismas cláusulas en los idiomas que les afectan a las partes. La traducción técnica permite que se comercialicen productos y servicios de una marca en el idioma de los clientes a los que se dirige la campaña de marketing y publicidad, lo que repercute favorablemente en el tráfico de ventas y en el aumento del ratio de resultados económicos de su negocio.