Dice un refrán muy castellano que “Zapatero a tus zapatos”. Y la verdad es que es una verdad como un templo. Muchas veces queremos meternos a meticones y no somos conscientes de que hay algunos aspectos que solo están pensados para los profesionales. Me viene a la cabeza ese caso del hombre que acudió al taller. Al ver la factura y darse cuenta del precio elevado (500 euros), preguntó qué había pasado al coche para esa cantidad. El mecánico le respondió que hubo que “apretar un tornillo”.